Ídolos y tesoros

Se cuenta que cuando Mahoud, el conquistador de la India, dominó la ciudad de Gujarat, los ídolos fueron despedazados, conforme a la voluntad del gran guerrero. Mahoud llegó a los pies de un ídolo de quince metros de altura, pero ante los gritos de los monjes de aquel lugar se detuvo; éstos le suplicaban que no despedazara a su dios. Pero Mahoud no se conmovió. Levantó el martillo y con varios golpes deshizo la imagen.
¡Qué sorpresa! Mientras el ídolo era golpeado, caían de dentro de él perlas y diamantes, que rodaban hasta los pies del bravo conquistador. El inmenso tesoro fue descubierto cuando el martillo tocó al ídolo para reducirlo en pedazos.
Esta historia contiene un principio importante: si no despedazamos los "ídolos" en nuestra vida, el tesoro jamás será nuestro. Las riquezas de Cristo aumentan en nuestro corazón conforme destruimos a los ídolos que lo ocupan. En verdad, cualquier cosa que no sea el Dios verdadero puede ser un ídolo para nosotros. Aquella cosa invisible, aquel amor oculto que sólo nosotros sabemos, puede estar ocupando el lugar del Señor en nuestro corazón.
A veces una actitud drástica es necesaria. Quebremos los ídolos y veremos a Dios hacer llover Sus tesoros celestiales sobre nosotros.

(John Macneel)

Cuerdas de amor

Cuando un niño está aprendiendo a caminar, algunas madres toman el extremo de una cuerda y lo amarran a la cintura del niño, controlándolo del otro extremo, de tal manera que le enseñan a caminar mejor. Cuando el niño aprende a caminar con más firmeza, la madre va poco a poco aflojando la cuerda, para que camine sólo. Pero, al ver que el niño va a tropezar o que se aproxima a algo peligroso, inmediatamente la madre vuelve a tomar firmemente del cordón, hasta que pase el peligro.
Así también actúa el Espíritu Santo en nosotros. Él nos hace sentir una paz interior cuando nuestro modo de actuar, pensar y hablar son conformes a la Palabra del Señor. Pero, cuando hablamos o actuamos por nuestra propia voluntad, sin obedecer la Palabra, sentimos un "halar de la cuerda". Esto es exactamente la enseñanza de la unción en nuestro interior (1 Juan 2:27). Cuando percibas que la cuerda divina te está halando ¡obedece inmediatamente!

(Madame Guyon)

Maravillas de sabiduría

Se cuenta que dos sabios famosos debatían en un encuentro de ciencias en los tiempos del Iluminismo.
- ¡Fue Dios quien creó el Universo!- Decía el primer científico, que era cristiano.
- No fue así-, insistía el otro. - Ese punto de vista ya es anticuado. Hoy se sabe que las cosas vienen una tras otra, en lenta evolución. El mismo mundo surgió de una explosión-.
El científico ateo no desistió de sus posiciones de modo que el otro se retiró pensativo y sin más que hablar.
Por la tarde, cuando los científicos volvieron a la sala de convenciones para una nueva sesión de debates, todos se maravillaban con una maqueta del sistema solar que el científico cristiano puso sobre la mesa.
Más tarde, llegó el sabio ateo. Sus ojos se abrieron al ver la bellísima miniatura planetaria en el centro de la mesa:
- ¿De quién es este prodigio? -preguntó admirado.
- Es del científico con quien discutió esta mañana-, alguien respondió.
Entonces, volviéndose a su colega creyente, le preguntó:
- ¿Cómo construyó esa maqueta tan bella?-
- No construí nada -respondió el científico cristiano. Sólo tenía unos restos de escombros en mi laboratorio, hasta que un día... el laboratorio explotó. ¡Booom! Eso fue todo, y me salió este bello ingenio.
No fue necesario decir nada más. La controversia de la mañana estaba resuelta. Las maravillas de la sabiduría de este mundo creado no pueden ser sino señal y obra de una inteligencia maravillosa.
"Al que hizo los cielos con entendimiento" (Salmos 136:5).

Tierra Fiel

Para el labrador, la mejor tierra es la recién arada, la virgen. Él podrá tener un poco más de trabajo para removerla, limpiarla; no obstante, es muy fértil. En ella se siembra y se espera que las plantas crezcan.
La Biblia nos dice en Juan 15, que Dios es el agricultor y que Él desea sembrar en la mejor tierra, que somos nosotros. Antes éramos una tierra no tratada, ruda, andábamos sin Dios, en el mundo. Entonces, Él nos llamó, labró, limpió, salvó, y nos hizo Su tierra, donde Él puede sembrarse a Sí mismo.
Pero con el paso del tiempo muchos matorrales y plantas dañinas pueden haber nacido en nosotros hasta que, habiendo sido cubiertos por los matorrales, dejamos al Señor. Así es como desaparece la tierra fértil.
Entonces Dios viene para mostrarnos que ese "matorral" necesita ser arrancado. Para que eso ocurra, necesitamos arrepentirnos. Incontables veces, por estar llenos de "pequeños matorrales", pensamos que somos indignos del Señor y no tenemos el coraje para volver a Él. Sin embargo, el Señor nos anima diciéndonos que la única cosa que necesitamos hacer es volvernos y arrepentirnos y así, seremos nuevamente tierra fértil en las manos de nuestro labrador que es Dios.
"Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno" (Mateo 13:8).

Una vida en comunión

Los escritos de George Whitefield reflejan claramente el tipo de vida que llevaba. En un tiempo de invierno espiritual en Inglaterra, Whitefield vino a comprender, juntamente con los hermanos John y Charles Wesley, que la esencia de la fe cristiana es el mismo Cristo siendo formado en nosotros.
Es común en los escritos y en la autobiografía de Whitefield palabras como estas: "Muy temprano de mañana, al mediodía, al anochecer y a la medianoche, de hecho, durante todo el día, el amado Jesús me visita para renovar mi corazón"; si ciertos árboles que están cerca de Stonehouse pudiesen hablar, contarían acerca de la dulce comunión,  que yo y algunas personas disfrutamos allí con Dios, por siempre bendito"; "en el camino, mi alma se alegró cantando himnos. Llegamos casi a la medianoche, después de entregarnos a Dios en oración, nos acostamos y descansamos en la protección de nuestro querido Señor Jesús. ¡Oh Señor, jamás existió un amor como el Tuyo!"
Es totalmente indispensable añadir que una persona así, cuando predicaba, impulsaba, arrastraba casi a todas las personas a la misma presencia que disfrutaba. Whitefield simplemente exhalaba el perfume del cual estaba impregnado.
Puesto que Dios se hizo real para él, era real también para los que le tocaban. Verlo y oírlo era lo mismo que ser electrizado.
No hay nada más importante en nuestra fe que vivir inmerso en el Señor. Eso es tener una vida en comunión.

Garantías

El famoso físico Faraday fue interrogado cierta vez por un amigo:
- Señor Faraday, ¿de qué valen sus teorías en términos de satisfacción personal?
- No tengo teorías, yo descanso sobre garantías.
Dijo el físico, apoyando su respuesta en este versículo: "Estoy seguro que Él es poderoso para guardar mi depósito para aquél día" (2 Timoteo 1:12).
Un cristiano que no descansa sobre las garantías de la Palabra de Dios conoce poco a su Salvador. En el versículo citado, el apóstol dijo: "Porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro...". Este es el resumen de la vida cristiana: conocer a Dios produce una seguridad; conocerlo es descansar de toda tribulación, vivir atribulado es no conocerlo.

Quien lo hizo, sabe cómo funciona

Hace mucho tiempo, cierto hombre, poseía un automóvil marca Ford, con el cual paseaba por las calles de su ciudad. Muy alegre, admiraba los muchos recursos de velocidad y suavidad que su nuevo vehículo le proporcionaba.
De esta manera, nuestro amigo vivía muy satisfecho, pero un día, de pronto el vehículo se detuvo. En plena avenida, se apagó el motor y nada hacía que el motor arrancara de nuevo. Intentó de todo, le dio arranque varias veces, empujó, abrió el capó, lo cerró, volvió a abrirlo, pidió ayuda, pero nada... ni una señal de querer funcionar.
¡Cómo pudo un auto tan bueno pararse de esa manera! El hombre ya estaba a punto de perder la paciencia cuando un desconocido le pidió permiso para ayudarlo. Desconsolado, el propietario accedió, sin creer que cualquier cosa pudiera suceder a esas alturas.
Sin embargo, el extraño abrió el capó, conectó un filamento a una pieza del motor y con un delicado toque, terminó la reparación. Sus manos no recibieron ninguna grasa, y cuando procedió a arrancarlo, el automóvil estaba perfecto. ¡Qué ironía...!
El mecánico desconocido se aproximó al propietario y le mostró su identificación, delante de los ojos curiosos de una pequeña multitud, dijo:
- Mi nombre es Henry Ford. Yo fui quien fabricó estos vehículos y comprendo muy bien cómo funcionan.
Nadie conoce mejor una obra que su fabricante. Mejor que nadie, Dios sabe todo lo que hay en el hombre. Él sabe como funciona cada parte en nosotros. Entonces ¿por qué no ir a Su palabra para recibir el toque que este "vehículo" necesita? Por siglos, los filósofos y sabios han intentado mejorar al hombre, sin resultados, mientras que la Palabra de Dios, dice que el Creador, con un único toque regenera el corazón humano y, de una vez por todas, "hace andar el ingenio". Por tanto, ¡convirtámonos a Él de todo corazón!

Quien tiene oídos para oír, oiga...

Un famoso estudioso de insectos paseaba con su amigo comerciante por el campo. De repente, el estudioso se detuvo y se acercó a un arbusto, aparentando que buscaba algo. Su amigo perplejo, no sabía lo que él buscaba. Luego, el estudioso le mostró una especie rara de abeja, afirmando haberse acercado a aquel arbusto por haber oído el zumbido del insecto.
Poco después, ellos salieron del campo y entraron en un camino pavimentado. De pronto, el comerciante se detuvo y tomó una moneda de plata, de diez centavos, que cayó en el piso. Pero el estudioso continuó su caminata y no oyó el ruido que la moneda hizo al caer al suelo.
Aquí podemos ver que determinadas personas están más atentas para oír determinados sonidos. Aquellos que pertenecen al mundo, oyen el sonido del mundo. Aquellos que pertenecen a Dios, oyen la voz de Dios.
Quien ama al Señor puede oír Su voz suave y agradable que habla interiormente. Se levanta muy temprano por la mañana, para oír la voz de Dios antes de oír cualquier sonido del mundo.

Dios no miente

Cierta hermana estaba en cama, enferma, hacía mucho tiempo. Ella se encontraba desesperada por no haber sido sanada de su mal. En esa época, ella se acordó de las palabras de Romanos 8:13: "Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis".
Tal palabra de la Biblia trajo una transformación en la actitud de nuestra hermana. Ella abandonó la carne y todas las cosas bajo la luz que recibió. Pero, aun no era sanada.
Un día, mientras oraba, nuestra hermana dijo:
- Señor, como me diste la palabra de Romanos 8:13, así también, realiza Tu promesa. Señor, no puedo hacer nada, ni sé cómo apoyarme en Ti. ¡Ayúdame!
En ese momento, surgió en lo profundo de su ser la siguiente frase: "Dios no es hombre para que mienta".
Nuestra hermana ni sabía que tal palabra estaba en la Biblia. Cuando comenzó a ojear las Escrituras, llegó a Números 23:19: "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?. Ella, llena de alegría, alabó a Dios, porque la promesa se había cumplido en su caso.
De hecho, algún tiempo después el Señor la sanó de su larga enfermedad.
Necesitamos aferrarnos a la Palabra de Dios, ejercitando en ella el corazón, hasta que la fe sea producida en nosotros y las palabras se hagan vivas.
Allí están las promesas eternas de Dios haciéndose nuestras. Todos los tesoros de Dios son nuestros si sólo nos ejercitamos de manera pura en Su Palabra.

Permanecer en Él

Permanezcamos en Cristo, sea cual sea nuestra debilidad, y Él permanecerá en nosotros, y encontraremos nuestro reposo en Él mismo. Todo lo demás es locura que pasa con el resto de la vida; ¡es vanidad! Dios quiere que andemos por la fe, pero esta fe se transforma en conocimiento por la comunión diaria con Él.

(John Nelson Darby)

Un tallador talentoso

Años atrás en África, se descubrió un diamante del cual se comprobó que era el mayor de la historia. La piedra era tan magnífica que los colonizadores trataron de enviarla inmediatamente a un tallador de renombre en Ámsterdam. La piedra debería ser preparada para adornar la corona del rey de Inglaterra.
Examinando la piedra, el tallador solicitó tiempo a los enviados británicos. Quería estudiar cuidadosamente el caso para descubrir cómo transformar mejor el diamante en una maravilla de arte humano. Un día, tomando la piedra preciosa, la partió en dos. Si viésemos su procedimiento nos quedaríamos indignados, cómo un tallador de tanta fama podría destruir la piedra que se´ria del rey...
Pero la mirada experta del tallador descubrió cristalizaciones y líneas de corte en el diamante, que al ser exploradas darían unos efectos bellísimos y además un brillo intenso a la joya final. El golpe no fue un error. ¡Fue el golpe de un maestro de la talla!
A veces, osamos pensar que el Dios del Universo es inexperto, por permitir que nos sobrevengan ciertos sufrimientos y golpes que nos hieren. No nos dejamos dominar por esa visión limitada. Los minuciosos sufrimientos humanos demuestran que somos la joya más preciosa del universo a los ojos de Dios. Tan talentoso Tallador no se equivocará jamás en la hechura final de Su obra maestra.

Sé una bendición

Una vez le preguntaron a un pobre ciego por qué llevaba consigo una lámpara cuando salía de noche, ya que no podía ver su luz. Él respondió: "La llevo para que los demás cuando me vean no tropiecen conmigo".
Andemos de tal manera que las personas reciban de nosotros sólo bendición; y el testimonio que darán de nosotros cuando lleguemos a la casa del Padre será: "Tu fuiste siempre un motivo de bendición para mí". ¿No es esta una santa ambición, digna de todo sacrificio?

(A.B. Simpson)

Su misericordia

Estando Jesús en casa, comiendo junto con muchos publicanos, los fariseos se preguntaban porqué comía con personas pecadoras. Al oírlos, Jesús respondió:
- Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento (Mateo 9:10-13).
Este es el corazón del Salvador. Él no vino para condenarnos, sino para salvar al que estaba perdido. Exultemos de gozo: nuestra condición era indigna y miserable, ¡pero Jesús vino justamente por los indignos y miserables! Jamás será conocido otro hecho más conmovedor, que el Dios santo al venir a la tierra, por sobre todo procuró la compañía de los hombres pecadores, dando Su vida preciosísima en rescate por ellos.
En efecto, "no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia" (Romanos 9:16).

Aguas en los valles y en las montañas

Había un hombre que amaba mucho al Señor y lo servía día y noche. Un día su esposa murió, dejando ocho niños. ¡Qué gran prueba fue esa situación para aquel hermano! Muy joven, él sufrió y aprendió mucho con la experiencia que pasó.
Pasaron los años, y otro hermano conocido del primero, también perdió a su esposa, quedándose solo, con cuatro hijos. Nadie lograba consolarlo, de tan gran depresión en la que él cayó.

Sin embargo, sucedió que el primer hermano vino a visitar al segundo. Entonces el segundo hermano dijo:
- Hermano, ¡cómo me siento reconfortado! Ahora me siento refrescado. Usted perdió a su esposa y se quedó solo con ocho hijos. También yo perdí a la mía, pero tengo sólo cuatro niños. Hay algo en usted que me refresca y me reconforta.

Cuánta ayuda llevamos a los demás, cuando disfrutamos a Cristo en tiempos de dificultad y prueba. En Deuteronomio 8:7 dice que en la buena tierra de Canaán hay agua fluyendo de los valles y en las montañas. Cristo está con nosotros y nos suple, no sólo en las montañas, en los altos picos de nuestra vida. Sino también, en los momentos cuando nos sentimos en un valle, ¡Él es el agua que fluye! Tal disfrute es un refrigerio para los que pasan por las mismas dificultades. No es en los tiempos pacíficos o en los días felices, sino en los días de enfermedad, tristeza y dificultad, que tales aguas de alivio son producidas. ¡Cuán bendecidos serán aquellos que bebieren de esas aguas porque ayudarán a otros!

(Extraído del libro: El Cristo Todo Inclusivo)

Mi Sumatanga

Los nativos de la India acostumbran a cargar pesados volúmenes en la cabeza. 
En algunas partes del país se encuentran en los caminos ciertas plataformas para colocar paquetes a fin de que puedan descansar por un momento. 
Debajo, hay un espacio sombreado donde pueden descansar aquellos que llevan su carga. Tales construcciones son llamadas de "sumatanga". 
Es común oír a un creyente de aquella tierra llamar a Jesús "Mi Sumatanga", especialmente al acercarse a la mesa del Señor. Ciertamente, Cristo es nuestro descanso y nuestra sombra de reposo. 
La cena del Señor es la plataforma donde podemos descargar nuestras preocupaciones, cuando recordamos la muerte del Señor, Su resurrección y Su segunda venida.

Amor que tanto nos busca

En una espléndida noche de cielo claro y luna llena, un barco a vapor descendía por las corrientes del río Potomac, en América del Norte, con unos pocos pasajeros a bordo. Tan calmada estaba la naturaleza que sólo se oía el ruido del vaporcito al cruzar las aguas bajo el resplandor de la luna llena.
Atendiendo a los pedidos de los pasajeros, el señor Stankey, amigo del evangelista D. L. Moody, tomó la guitarra y se puso a cantar lo que sabía: himnos cristianos.
De repente, cuando entonaba el himno "Jesús, Mi Fortaleza", el cantor fue interrumpido por un hombre de piel bronceada que le dijo, aludiendo a la guerra de Secesión que recién había terminado en el país:
- ¿Señor, estuvo en el ejército del Sur?-
- Sí- fue su respuesta.
- ¿Estuvo en el batallón tal y en el regimiento tal?
- Sí estuve, ¿cómo lo sabe?-, respondió el cantor.
- Nunca más me olvido señor. prosiguió el hombre de tez roja. De la noche, bajo el resplandor de la luna en que lo vi solo y con el rostro descubierto. Luego percibí que se trataba de un soldado enemigo de mi ejército, el del norte. Entonces, tomé mi fusil y estaba a punto de jalar el gatillo, cuando lo vi sacar una guitarra y levantando los ojos al cielo comenzó a cantar. El himno cristiano que oí derritió mi corazón. Consideré que ese Jesús a quien este señor cantaba debía de ser de veras muy poderoso, para salvarle la vida en la hora exacta, cuando fusil estaba a punto de dispararle. Señor, el himno que oí aquella noche era el que hace poco cantamos aquí. Nunca me olvido que la luna iluminaba su rostro descubierto precisamente como ahora lo veo. Entiendo que es grande la misericordia de este Jesús por haber enviado dos veces a usted para que yo pudiera conocerlo. La primera vez, la impresión que tuve fue muy fuerte; de esta, estoy decidido para responder a Alguien que tanto me ha buscado. Por favor, amigo, ayúdeme a encontrar a Jesús.
"Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido." (Lucas 19:10).

Creer para recibir

C. H. Spurgeon fue un evangelista americano famoso. Cierta vez, mientras hablaba a sus alumnos con respecto a la oración, uno de ellos le preguntó, cómo se podía saber si las oraciones eran respondidas. Entonces, Spurgeon sacó de su bolsillo un reloj de oro y lo colocó sobre la mesa diciendo que quien lo deseara podría llevárselo.
Todos los alumnos quedaron perplejos. Unos, simplemente no podían creer que un reloj tan bonito podía ser dado de esa manera. Otros comentaban:
- Si yo quiero tomar el reloj, y él decide tomarlo de nuevo, ¿no me quedaría desconcertado?
Mientras tanto, otros decían:
- ¿Y si de repente cambia de opinión?-
En ese ínterin, una muchacha se dirigió al señor Spurgeon y le dijo, muy resuelta:
- Yo lo quiero-
- Tómalo, pero ten cuidado de mantenerlo siempre en buen estado-
y concluyendo, añadió Spurgeon:
- Cuando yo dije que daría el reloj realmente hablé en serio. ¿Por qué no me creyeron? Miren bien: lo que Dios nos desea dar es algo mucho más precioso que el reloj- El nos quiere dar a Su propio HIjo para ser nuestra vida. Entonces, ¿si Dios quiere dárnoslo, por qué estamos vacilando en recibirlo?


La Poesía Del Salmo 23

No hay título inspirado para este Salmo, y no se necesita ninguno, porque no registra ningún suceso especial, y no necesita otra clave que la que todo cristiano puede hallar en su propio
pecho.
Es la «Pastoral celestial» de David; una oda magnífica, que ninguna de las hermanas de la música puede superar.
El clarín de guerra aquí cede a la flauta de la paz, y el que ha estado gimiendo últimamente los males del Pastor, de modo afinado practica y canta los goces
del rebaño.

Esta es la perla de los Salmos, cuyo fulgor puro y suave deleita los ojos; una perla de la que el Helicón no tiene de qué avergonzarse, aunque el Jordán la reclama.
Se puede afirmar de este canto deleitoso que si su piedad y su poesía son iguales, su dulzor y su espiritualidad son insuperables.
La posición de este Salmo es digna de que se note. Sigue al veintidós, que es de modo peculiar el Salmo de la cruz. No hay verdes prados ni aguas tranquilas antes del Salmo veintidós. Es sólo después de que hemos leído «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» que llegamos a «El Señor es mi pastor».
Hemos de conocer por experiencia el valor de la sangre derramada, y ver la espada desenvainada contra el Pastor, antes de que podamos conocer verdaderamente la dulzura de los cuidados del Pastor.
Se ha dicho que lo que es el ruiseñor entre los pájaros lo es esta oda entre los Salmos, porque ha sonado dulcemente en el oído de muchos afligidos en la noche de su llanto y les ha traído esperanza de una mañana de gozo. Me atreveré a compararlo también a una alondra, que canta al remontarse, y se remonta cantando, hasta que se pierde de vista, y aun entonces oímos sus gorjeos. C. H. S.
Agustín ha dicho que vio en un sueño el Salmo ciento diecinueve que se elevaba delante de él como un árbol de vida en medio del paraíso de Dios. Este Salmo veintitrés puede ser comparado a las flores más hermosas que crecen a su alrededor. El primero ha sido comparado al sol entre las estrellas; sin duda, ¡ése es como la más rica de las constelaciones, incluidas las Pléyades!
John Stoughton en Los cánticos del rebaño de Cristo.
Algunas almas piadosas se sienten turbadas porque no pueden usar en todos los tiempos, o incluso con cierta frecuencia, el lenguaje de este Salmo, en su sentido gozoso. Estas deben recordar que David, aunque vivió muchos años, nunca escribió más que un Salmo veintitrés. William S. Plumer.
Charles Spurgeon.
Escrito en 1860.

Fuente: www.renuevodeplenitud.com

Jesucristo Revelado En El Salmo 8

¿Por qué omite el autor del Salmo 8 toda alusión al pecado? ¿Por qué se omite todo lo relacionado con la caída y corrupción del hombre? Porque el salmista contempla la humanidad ideal, tal como la creó Dios, tal como Dios quería que fuera. Tal ser es una revelación gloriosa de la naturaleza de Dios. Más grande que la inmensidad del firmamento y los millones de estrellas y planetas. Más sublime que el sol, los valles y las montañas. El ser humano es la máxima revelación natural de Dios. “… ¿y el hijo del hombre que le visites…?”, dice el salmista.
¿Qué quiso decir? Según el estilo poético hebreo, con frecuentes repeticiones, no quería decir sino “hombre”. Es muy probable que el salmista no estuviera pensando conscientemente en el Mesías. ¿No suenan las palabras del Salmo 8 como una ironía? ¿Es acaso esa pobre criatura esclava de las fuerzas de la naturaleza e indefensa ante las bestias, el humano que vio el salmista? ¿No tenemos derecho a pensar que se trata de un salmo profético? ¿No se cumple esa profecía en Jesucristo?
La narración del salmista no se ajusta al ser humano como lo conocemos hoy. Sin embargo, según las promesas bíblicas, la humanidad puede alcanzar su pleno desarrollo y maduración, “hasta que Cristo sea formado en vosotros”, como dice San Pablo, en Gálatas 4:19. El autor de la Epístola a los Hebreos señala que el humano al cual se hace referencia en el Salmo 8, no es otro que Jesucristo: Hebreos 2:6-10. Jesús como humano es la perfección de la humanidad, y lo que se efectuó en él, puede atribuirse al hombre que él representa: coronado de gloria y honra.
Podemos conocer al ser humano en tanto conocemos a Jesucristo, que es el arquetipo de hombre, el Nuevo Adán, el que nos restaura a la plena humanidad perdida por la caída del primer Adán. Pero al mismo tiempo que conocemos al hombre Jesucristo, podemos también conocer a Dios que se nos revela en El. En el Evangelio según San Juan se nos dice que Felipe deseando un conocimiento exhaustivo de Dios, le dice al Señor: “Muéstranos al Padre y nos basta”, a lo que Jesús responde: “El que me ha visto ha visto al Padre” (Juan 14:8-9).
Dios se nos revela en el Hombre Nuevo, Jesucristo. En la perfección de la criatura vemos al Creador y conocemos al Creador porque se nos revela en la perfección de la criatura. Hemos encontrado dos verdades correlativas: El conocernos a nosotros mismos, y el conocer a Dios. Las dos verdades se reúnen en Jesucristo: Dios-hombre. Como muy bien ha señalado el teólogo Emil Brunner: “Desde el momento en que Dios me encuentra en Jesucristo, yo sé que El es el Creador y que yo soy la criatura. Sólo puedo conocer que soy una criatura en ese encuentro”.
Cuando Pilato afirma: “He aquí el Hombre” (Juan 19:5) estaba diciendo mucho más de lo que quería decir. La palabra final de Dios acerca del ser humano la encontramos en Jesucristo. En las palabras de Pilato está la clave tanto de la cristología como de la antropología.
Sólo por revelación el humano puede conocer a Dios y a la esencia de sí mismo. Pero Dios no sólo nos revela su naturaleza en las páginas de la Biblia. También se nos revela en una forma especial por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo que da testimonio de Jesucristo (Juan 15:26) y que convence al mundo de pecado (Juan 16:8). Es cuando el Espíritu Santo me hace ver mi condición de pecador, y de ser dependiente de Dios, que comienzo a tener conocimiento acerca de mí mismo. Ya no puedo considerarme el centro del universo, con todas las personas y cosas girando en torno a mí.

Sino que me convierto en alguien que gira en torno a Jesucristo. El ser humano llega a conocerse como criatura dependiente de Dios que se nos revela en Jesucristo. Cuando el ser humano se reconoce como pecador, es consciente de su necesidad de perdón; y para procurar el perdón se entrega a Jesucristo.
Pero el Espíritu Santo no sólo nos revela nuestra condición de criatura dependiente. También nos muestra una sublime relación filial: somos
hijos de Dios.

Afirma San Pablo: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Romanos 8:16). El verbo griego summarturein, que aparece en este pasaje significa literalmente: “Dar testimonio juntamente con” Es decir, el Espíritu Santo junto con mi propio espíritu da testimonio de que soy un hijo de Dios. Como afirma H. Berkhof: “El Espíritu de Dios da testimonio a nuestro yo de tal manera que éste yo no puede ya continuar pasivo, sino que se siente urgido a sustentar y transmitir este testimonio”.
La teología se ocupa, según su definición tradicional, de Dios, de su naturaleza y atributos, así como de su relación con Su creación y en especial con la corona de ésta, el ser humano. El mensaje central de laBiblia es de salvación, que también es de salud, para todo el hombre y para todos los hombres.
Lo teológico en psicología pastoral sería, pues, la utilización de todos los recursos de la fe cristianapara ayudar al ser humano a alcanzar el máximo de desarrollo y maduración de lo cual es capaz. Es la puesta en acto de la realidad de la revelación divina, contenida en las Sagradas Escrituras, de que el propósito de Dios es de salud para la humanidad. Es justamente lo que Jesucristo nos dice en el Sermón de la Montaña: “Sean ustedes seres en plenitud, así como el Padre que está en los cielos en un Ser en plenitud” (San Mateo 5:48).

Dr. Jorge León.

Fuente:www.renuevodeplenitud.com

Un Cáncer En La Iglesia

Pornografía en la congregación.

El tema da para mucho, pero se habla muy poco de ello en las iglesias. Una de las razones podría ser que, según señalan las cifras de algunos estudios, su consumo entre cristianos está casi tan extendido como entre personas que no se consideran religiosas.
¿Qué efectos tiene la visualización de sexo online? Marcos Zapata, pastor       evangélico y terapeuta familiar, nos acerca a un tema que ya se ha convertido en una problemática central de muchas familias cristianas.
Una de cada cuatro búsquedas en internet tiene que ver contenidos eróticos o pornográficos. Esta es una de las estadísticas más conocidas sobre el comportamiento de los internautas a nivel global, una tendencia que alimenta una “industria sexual” que sigue su crecimiento y diversificación. Se calcula que en la red hay más de 1.000 millones de sitios web con referencia a contenidos X.
¿Qué hay del consumo entre cristianos?  El impacto en las comunidades cristianas sería más alto de lo pensado , si hacemos caso de los estudios hechos en Estados Unidos, un país representativo porque combina su protestantismo histórico con el hecho de ser el mayor productor de pornografía.
La mitad de las familias cristianas consultadas allí apuntan a la pornografía como un problema importante. Incluso entre líderes cristianos el impacto del consume es alto.  Sobre un 30% de los pastores evangélicos encuestados reconocieron haber consumido pornografía en internet en el último mes . Una cifra que subía a más de la mitad de los consultados si se amplía el espacio de tiempo al último año.
Los datos los ofrece la  organización JustOneClickAway . Esta plataforma, lanzada por el autor Josh McDowell, muestra en un  impactante videoclip cómo la pornografía ha hecho un impacto silencioso en la mayoría de familias, incluidas las cristianas. La propia industria pornográfica reconoce que  más del 20% de consumidores de sus contenidos son menores de edad.  La edad media en la que se visiona por primera vez un contenido pornográfico es de 11 años.
OCULTAR EL PROBLEMA: MIEDO A REACCIÓN DEL ENTORNO
Preguntado por la situación en España,  Marcos Zapata  explica que se ha encontrado con algunos casos de adicción sexual entre líderes cristianos. Pero en contraste con EEUU, donde varias organizaciones han investigado en profundidad, “que yo conozca, no hay trabajos editados en nuestro país”, explica.
“Mi intuición personal indica que lo vergonzante de la situación hace que se calle, hay miedo a las  repercusiones ministeriales  o a la reacción del entorno”. Muchas personas creen que si su actividad online relacionada con el sexo sale a la luz llevaría a  conflictos que podrían acabar por afectar gravemente a la familia , el trabajo o su servicio en la iglesia local. Y añade: “A esto se le llama angustia, que es el factor más determinante en la permanencia de la adicción. Es entendible que el miedo y la angustia atenace a los adictos al sexo”.
“PONE TODOS LOS VALORES PATAS ARRIBA”
¿Hasta dónde puede la pornografía cambiar el día a día de una persona? “En mi experiencia pastoral me he encontrado con que la adicción sexual tiene un elemento compulsivo que hace que se pierda el control y se vuelvan ‘patas arriba’ la vivencia de los valores y principios”, dice Zapata.
Una adicción sexual es muy parecida a otras adicciones y la ‘desintoxicación’ también suele ser más difícil de lo que parece.  “Algunos pueden pasar meses, semanas, e incluso años presumiblemente libres, hasta que algo pone en movimiento la adicción nuevamente: la tensión, el tiempo libre, cambios en la vida, un período del año, un lugar, una vieja canción” .
Uno de los efectos más demoledores es que “la adicción por sí misma  ataca la voluntad y la autoestima , divide el corazón en dos. La gente que es adicta sexualmente a menudo dirá que se siente como si fuera dos personas diferentes”. Las prioridades normales de la persona cambian por completo. “Esa segunda persona llega a dominar tanto que deja de importarle todo aquello que le rodea, con tal de conseguir una dosis más”.
“Lógicamente el matrimonio se resiente,  los hijos quedan a un lado … La adicción sexual suprime la ternura y la compasión, para dejar su espacio a la indiferencia, cuando no al menosprecio o al maltrato”.
PLATAFORMAS PARA “FRENAR EL CÁNCER”
Una de las  formas de combatir  el consumo de pornografía es la de  rendir cuentas a alguien de confianza.  Lo facilitan algunas plataformas en internet, con programas que no filtran ni bloquean el acceso a contenidos eróticos pero que permiten, con la aprobación del usuario, enviar su historial de visitas online a otro usuario de confianza.
Según las estadísticas de esta organización (recogidas también en EEUU), un 56% de los casos de divorcio incluyen a una de las partes teniendo “un interés obsesivo en la pornografía online”. Además, el consumo se ha normalizado tanto que el 29% de personas consultadas reconoce haber accedido a contenidos pornográficos desde su lugar de trabajo.
Existen decenas de libros publicados por diversos autores del contexto cristiano sobre el impacto de la pornografía.  La mayoría de ellos en inglés. En Español está: Deseo ser puro, del Dr. Ted Roberts y distribuido en América Latina por www.laarboleda.net y en ingles Destacan “Captured by a better vision” (Tim Chester, IVP, 2012), “Porn-free Church” (Covenant Eyes, 2012), “Porn-again Christian” (Mark Driscoll, Re:Lit, 2009), “Secret Sexual Sins: Understanding A Christian’s Desire For Pornography” (Fred C. Rochester, Outskirst Press, 2009), “Surfing for God” (Michael John Cusick, Thomas Nelson, 2012) o “Wired for Intimacy: How Pornography Hijacks the Male Brain” (William M. Struthers, IVP, 2009).
Fuente : Protestantedigital
Al trabajar en América Latina lo que da tristeza es encontrar que pareciera que ni los líderes de la Iglesia, ni los padres de familia y menos aún los creyentes se han dado cuenta del grave peligro de este cáncer.  Hay metástasis ya en muchos de nuestros jóvenes, Esposos y líderes.  Ellos lloran a solas pero tienen miedo de tomar riesgos.  La pregunta crucial es: Hasta cuando vamos a reaccionar?  Cuantos mas que caen necesitas esperar para poder despertar?.  Creo que es ahora o nunca.
Serafín Contreras Galeano
www.serafincontreras.com