Una vez le preguntaron a un pobre ciego por qué llevaba consigo una lámpara cuando salía de noche, ya que no podía ver su luz. Él respondió: "La llevo para que los demás cuando me vean no tropiecen conmigo".
Andemos de tal manera que las personas reciban de nosotros sólo bendición; y el testimonio que darán de nosotros cuando lleguemos a la casa del Padre será: "Tu fuiste siempre un motivo de bendición para mí". ¿No es esta una santa ambición, digna de todo sacrificio?
(A.B. Simpson)
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