Tierra Fiel

Para el labrador, la mejor tierra es la recién arada, la virgen. Él podrá tener un poco más de trabajo para removerla, limpiarla; no obstante, es muy fértil. En ella se siembra y se espera que las plantas crezcan.
La Biblia nos dice en Juan 15, que Dios es el agricultor y que Él desea sembrar en la mejor tierra, que somos nosotros. Antes éramos una tierra no tratada, ruda, andábamos sin Dios, en el mundo. Entonces, Él nos llamó, labró, limpió, salvó, y nos hizo Su tierra, donde Él puede sembrarse a Sí mismo.
Pero con el paso del tiempo muchos matorrales y plantas dañinas pueden haber nacido en nosotros hasta que, habiendo sido cubiertos por los matorrales, dejamos al Señor. Así es como desaparece la tierra fértil.
Entonces Dios viene para mostrarnos que ese "matorral" necesita ser arrancado. Para que eso ocurra, necesitamos arrepentirnos. Incontables veces, por estar llenos de "pequeños matorrales", pensamos que somos indignos del Señor y no tenemos el coraje para volver a Él. Sin embargo, el Señor nos anima diciéndonos que la única cosa que necesitamos hacer es volvernos y arrepentirnos y así, seremos nuevamente tierra fértil en las manos de nuestro labrador que es Dios.
"Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno" (Mateo 13:8).

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