Una vida en comunión

Los escritos de George Whitefield reflejan claramente el tipo de vida que llevaba. En un tiempo de invierno espiritual en Inglaterra, Whitefield vino a comprender, juntamente con los hermanos John y Charles Wesley, que la esencia de la fe cristiana es el mismo Cristo siendo formado en nosotros.
Es común en los escritos y en la autobiografía de Whitefield palabras como estas: "Muy temprano de mañana, al mediodía, al anochecer y a la medianoche, de hecho, durante todo el día, el amado Jesús me visita para renovar mi corazón"; si ciertos árboles que están cerca de Stonehouse pudiesen hablar, contarían acerca de la dulce comunión,  que yo y algunas personas disfrutamos allí con Dios, por siempre bendito"; "en el camino, mi alma se alegró cantando himnos. Llegamos casi a la medianoche, después de entregarnos a Dios en oración, nos acostamos y descansamos en la protección de nuestro querido Señor Jesús. ¡Oh Señor, jamás existió un amor como el Tuyo!"
Es totalmente indispensable añadir que una persona así, cuando predicaba, impulsaba, arrastraba casi a todas las personas a la misma presencia que disfrutaba. Whitefield simplemente exhalaba el perfume del cual estaba impregnado.
Puesto que Dios se hizo real para él, era real también para los que le tocaban. Verlo y oírlo era lo mismo que ser electrizado.
No hay nada más importante en nuestra fe que vivir inmerso en el Señor. Eso es tener una vida en comunión.

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