Señor, aumenta Tu gracia

Un barco navegaba en aguas turbulentas, cuando de repente el navegante divisó una gran roca que sobresalía de en medio de las aguas. Era muy peligroso pasar por allí. Al acercarse, los tripulantes pudieron observar con claridad que el obstáculo sobresalía como un metro y medio por encima de las aguas, ocupando una buena parte del ancho de aquel estrecho canal.
En ese instante, sin saber qué hacer, el navegante pensó:
- Sólo podré navegar hasta aquí en este canal, a menos que la Fuerza Naval dinamite el obstáculo. 
Muchas veces nos encontramos en una situación espiritual parecida a la de este navegante. Nos parece imposible superar un obstáculo. En esos momentos por lo general oramos:
- Señor, si te agrada, remueve esa gran roca.
Pero, una voz dentro de nosotros nos dice:
- ¿Qué es mejor, remover la roca o aumentar el nivel del agua?
Sin duda, el camino del Señor es siempre aumentar el agua. Dios no remueve el obstáculo.
- Él aumenta la gracia. Sólo de esa manera conocemos el valor inestimable del tesoro que está dentro de nosotros. Cómo necesitamos aprender a clamar esta oración:
- ¡Señor, aumenta Tu gracia!

(Adaptado del libro Doce cestas llenas)

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