Diálogo con Dios

Se cuenta que el científico Luis Pasteur se encontraba cierca mañana con las manos puestas sobre la mesa de estudio, sus dedos alineados y la cabeza reclinada. Así estaba el renombrado sabio por un determinado tiempo, siendo observado por un estudiante, hasta que levantó nuevamente la cabeza y se dirigió a un pequeño microscopio.
- ¿Señor Pasteur estaba orando...?
- Sí, oraba. Dijo Pasteur. -Estaba diciéndole cosas bellas a Dios, y al mismo tiempo oía verdades aun más bellas que nos revelan las obras de Dios.
Esta historia nos muestra cómo uno de los mayores científicos que el mundo ha conocido, en medio de tantos  tantos quehaceres científicos, sentía anhelos por Dios, por tener una comunión con Él, a tal punto de interrumpir su trabajo.
Sin importar los pedestales de gloria que el hombre alcance, aún es un vaso de barro creado por Dios para contenerlo, y su corazón anhela al Creador. Pasteur hacía mención de cómo oía cosas lindas de Dios según lo revelaban Sus obras, probablemente porque veía tanta manifestación de Dios en las maravillas de la naturaleza que investigaba. Así era como oía y conocía a Dios.
Tengamos los oídos atentos y un corazón dispuesto para buscar una comunión íntima con el Dios vivo. El tierno Creador nos hizo así para Sí y nos anhela para revelarse a nosotros y tener comunión con nosotros.

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