Hebreos 11:4-6
Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó el testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla. Por la fe Enoc fue trasladado al cielo para que no viera muerte; y no fue hallado porque Dios lo trasladó; porque antes de ser trasladado recibió testimonio de haber agradado a Dios. Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan.
Volviéndonos radicalmente libres
La semana pasada, comenzamos nuestra exposición de Hebreos 11
preguntando por qué fue escrito y qué tiene que ver con nuestras vidas
hoy. Respondí que fue escrito para ayudarnos a convertirnos en el tipo
de personas descritas seis versículos antes, en Hebreos 10:34. Éstos
eran cristianos quienes aceptaron con gozo el despojo de sus bienes,
por el servicio de Cristo y la causa del amor. En otras palabras, eran
radicalmente libres del amor por este mundo y de los valores que
determinan la mayoría de las cosas que pasan como éxito en Norteamérica.
Eran libres de esta atadura porque, dice el versículo 34 que vivían que
tenían para sí "una mejor y más duradera posesión”.
Aquí es donde comienza el capítulo 11. "Ahora bien, la fe es la
certeza [o la substancia] de lo que se espera, la convicción [o
evidencia] de lo que no se ve”. En otras palabras, el "conocimiento", o
certeza de 10:34 ("sabiendo que tenéis para vosotros mismos una mejor y
más duradera posesión"), es ahora llamado "fe". Y estamos a punto de
leer un capítulo completo de ejemplos vivos de esta fe radicalizadora.
Así que el mensaje del capítulo 11 es encarnar y demostrar más historias
de fe, para que podamos imitar la fe y heredar las promesas de Dios.
Imitación y herencia
Usted puede saber que estamos en el camino correcto, al recordar
Hebreos 6:11-12, que describía exactamente el mismo patrón de imitación y
herencia. "Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma
solicitud hasta el fin, para alcanzar la plena seguridad de la
esperanza, a fin de que no seáis indolentes, sino imitadores de los que
mediante la fe y la paciencia heredan las promesas”. Ése es el propósito
de Hebreos 11: dar más ejemplos de "los que mediante la fe y la
paciencia heredan las promesas", para que podamos imitar su fe y unirnos
a ellos en la herencia.
Y si usted se pregunta si solo debiera mirar así a los santos del
Antiguo Testamento para encontrar ánimo e imitarles, Hebreos 13:7 dice
que no, usted también debe mirar a quienes le enseñan la Palabra y ser
inspirado también por fe de ellos. "Acordaos de vuestros guías que os
hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de su conducta,
imitad su fe”. Así que este es un asunto importante en el libro de
Hebreos. Tenga héroes. Conozca algo de la historia de la iglesia.
Conozca algo sobre la biografía misionera. Conozca a algunos grandes
hombres de negocio cristianos. Conozca algunas grandes mujeres quienes
derramaron sus vidas en la familia y en la iglesia y en la comunidad por
amor de Cristo. Conozca su fe y sea animado por ellos e imíteles. Ése
es el propósito de Hebreos 11.
Tener paciencia, hacer, y obtener
O, pudiéramos tomar los versículos 35-36 en el capítulo 10 y decir
que ellos expresan lo que está en juego al leer el capítulo 11. El
escritor nos ruega: "Por tanto, no desechéis vuestra confianza, la cual
tiene gran recompensa. Porque tenéis necesidad de paciencia, para que
cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”. Note el
patrón de tres pasos: 1) tenga paciencia mientras confía en Dios; 2)
haga la voluntad de Dios en el poder de ésa confianza; y 3) obtenga lo
que le es prometido.
En esta mañana, mientras damos otro paso en Hebreos 11, me siento
impulsado a enfatizar, la necesidad de nuestra paciencia, como dice el
versículo 36: "tenéis necesidad de paciencia". Antes de ayer, estuve en Charlotte
para la reunión anual de la Alianza Cristiana y Misionera. David Wells
fue uno de lo oradores, y tuvimos oportunidad de una breve conversación.
Hablamos de los peligros de la debilidad doctrinal expandiéndose en un
evangelicalismo que se define a sí mismo cada vez más en términos y
métodos y relaciones interpersonales antes que en la verdad. En un
momento de la conversación, él dijo algo muy crucial, y luego lo repitió
en su mensaje. Dijo que muchas personas no se percatan de cuán
vulnerables son y cuán peligrosa es la vida de fe.
Quiso decir que no debiéramos dar por sentada la fidelidad de
nuestras iglesias o de nuestras denominaciones o iglesias o familias o,
incluso, de nuestros propios corazones, como si la paciencia vigilante y
consciente no fuera algo continuamente necesario. Sin nuestra ferviente
atención a la verdad y a la fe, todo decae, incluyendo nuestro propio
peregrinaje con Dios.
Así que, con una preocupación renovada por mi propia fe, por la fe de
nuestra iglesia, y por la fe de nuestras almas y de nuestra familia,
digo en esta mañana las palabras de Hebreos 10:36: "tenemos necesidad de
paciencia". ¡Tenemos necesidad de paciencia! ¡Oh, cuán claramente lo vi
en las vidas de los pastores a quienes hablé en Charlotte,
algunos con lágrimas, quienes habían perdido su gozo y su pasión y no
sabían si podían seguir adelante en el ministerio! El problema de la
paciencia, y la perseverancia por un largo período, y de permanecer
vivo, y de prosperar y ser renovado cada día, y de encontrar paz para
terminar la carrera, es un problema inmenso para cada uno de nosotros. Y
no hay descanso en las experiencias pasadas. No hay deslices casuales.
El celo de hoy puede convertirse en la duda y el aburrimiento de mañana.
Y la sensación de aletargamiento espiritual de hoy puede convertirse en
el éxtasis y poder de mañana.
Los hombres de antaño obtuvieron aprobación
Es por esta razón que Dios nos dio Hebreos 11. Es un ejemplo tras
otro de fe verdadera, para que podamos ser "imitadores de los que
mediante la fe y la paciencia [el sufrimiento prolongado, la
perseverancia] heredan las promesas".
Ahora, para establecer la conexión entre el texto de la semana pasada
y el de hoy, usted puede recordar que, la semana pasada, no dije
palabra alguna sobre Hebreos 11:2. Estaba guardándolo para hoy. Hace un
puente perfecto con el texto de hoy. Leamos los versículos 1-2: "Ahora
bien, la fe es la certeza [o substancia] de lo que se espera, la
convicción [o evidencia] de lo que no se ve. Porque por ella recibieron
aprobación los antiguos".
Permítanme parafrasearla para mostrar su significado: Vemos que la fe
tiene dos aspectos, como dice el versículo uno. 1) La fe es estar
seguro de las promesas de Dios, que son dignas de que tengamos esperanza
en ellas ("la substancia de lo que se espera"). 2) La fe es estar
seguro de que el Dios invisible y Su mano en la creación realmente
existen ("la evidencia de lo que no se ve"), lo que vimos ilustrado en
el versículo 3. Y luego dice, en el versículo 2: vemos esto porque es
mostrado en las vidas de los santos del Antiguo Testamento: "Porque por
ella [por este tipo de fe] recibieron aprobación los antiguos [fueron
autenticados por Dios, o agradaron a Dios]."
Así que las vidas de los santos del Antiguo Testamento son
ilustraciones de este tipo de fe. Ellas no demuestran que la fe es lo
que dice el versículo 1. La ilustran. De hecho, el escritor no trata de
probar que esto es fe, a final de cuentas. Él ve todo esto como una de
las teorías más básicas de la naturaleza de la realidad. Toda su
interpretación del Antiguo Testamento pende de ella. Permítanme
mostrarles simplemente lo que quiero decir.
Las dos primera ilustraciones del Antiguo Testamento que él da sobre
la verdad del versículo 2 (que los antiguos recibieron aprobación por
ella), son Abel, el segundo hijo de Adán y Eva, y Enoc, la séptima
generación después de Adán, mencionado en Génesis 5. Así que dice en el
versículo 4: "Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que
Caín, por lo cual alcanzó el testimonio de que era justo [esta es la
aprobación de Dios], dando Dios testimonio [la misma palabra de nuevo]
de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla”. Así que el
escritor se enfoca, con Abel, en que Dios aprobó su ofrenda al contarlo
como justo. Y dice que la clave de la aprobación a Abel fue que hizo su
ofrenda por la fe. No solo es importante lo que hacemos, sino cómo lo
hacemos. ¿Expresan nuestras acciones "la certeza de lo que se espera"?
Entonces, en el versículo 5, menciona a Enoc como ejemplo del
principio del versículo 2 (que los antiguos recibieron aprobación por
fe): Por la fe Enoc fue trasladado al cielo para que no viera muerte; y
no fue hallado porque Dios lo trasladó; porque antes de ser trasladado
recibió testimonio [aquí está la misma palabra del versículo 2:
recibieron aprobación, o testimonio] de haber agradado a Dios". Dos
veces, en Génesis 5 (versículos 22 y 24), Moisés dice que Enoc "anduvo
con Dios". Es por esto que el escritor a los Hebreos dice que Enoc
agradó a Dios. Así concluye que "por la fe" Enoc fue bendecido por Dios
al ser trasladado al cielo.
¿Por la fe?
Ahora el escritor está totalmente consciente del problema que ha
creado. Ha elegido santos del Antiguo Testamento para ilustrar este
principio en el versículo 2 (que por la fe los antiguos recibieron
aprobación), cuando de hecho, en ninguna de esas historias del Antiguo
Testamento se menciona la fe. Esto no es un desliz. Él sabe exactamente
lo que hace. Y si estamos dispuestos a seguirlo, veremos cuán profunda
es esta revelación.
Su argumento de la naturaleza de la fe no parte de estos textos del
Antiguo Testamento. No está diciendo: ya que descubrí que la fe fue
mencionada en estas historias, entonces la fe debe ser el modo en que
ellos agradaron a Dios. De hecho, su argumento es justamente el opuesto.
Él ve la fe en las historias, no porque sea mencionada, sino porque
estos hombres, de hecho, agradaron a Dios, y no hay otro modo de agradar
a Dios que por la fe.
Vea el versículo 6. Éso es lo que dice. Vea nuevamente la idea del
versículo 5. Termina diciendo que Enoc "recibió testimonio de haber
agradado a Dios", es decir, anduvo con Dios. Entonces, el versículo seis
retoma este detalle de que Enoc agradó a Dios y lo argumenta de este
modo: "Y sin fe es imposible agradar a Dios". Ahora, es por esta razón
que él ve fe en las vidas de Abel y de Enoc. La Biblia dice que los dos
agradaron a Dios, Abel en su "mejor sacrificio", y Enoc al andar "con
Dios". Y, entonces, el escritor concluye que esta ofrenda y esta
comunión con Dios debieron haber sido por fe, porque "sin fe es
imposible agradar a Dios".
Ahora, este es un razonamiento muy básico. Y, ¡oh! cuánto oro para
que todos ustedes respeten y cultiven, en las mentes que Dios les dio,
el razonamiento de las Escrituras. Si alguien me hubiera mostrado,
cuando joven, que la Biblia, antes de afirmar, razona, entonces no me
hubiera tomado hasta los 22 años para comenzar a descubrir tantas de las
riquezas de la Palabra de Dios. Esto es un razonamiento básico. Yo
diría que un niño promedio de 8 o 9 años podría comprenderlo.
Dos declaraciones que llevan a una conclusión:
Declaración #1: "sin fe es imposible agradar a Dios", o dicho positivamente, "Solo con fe es que nuestra obediencia agradará a Dios".
Declaración #2: Enoc agradó a Dios. Entonces, ¿cuál
es la conclusión? • Conclusión: Enoc tenía fe. O: fue por fe que Enoc
anduvo con Dios y fue trasladado al cielo. Así es como el escritor llega
a la declaración del versículo 2: "Porque por ella [por la fe]
recibieron aprobación los antiguos".
¿Por qué es que la fe agrada a Dios?
Pero aún no hemos llegado al fondo del asunto. El argumento aún no
descansa en la verdad más profunda sobre Dios. Sí, Enoc agradó a Dios.
Sí, sin fe es imposible agradar a Dios. Sí, por tanto, Enoc (y Abel)
tenía fe, y actuó por fe, ilustrando el principio del versículo 2. Pero,
¿de dónde es que proviene esta premisa (esta declaración) de que "sin
fe es imposible agradar a Dios"? ¿Cuál es el fundamento de esa
declaración? ¿Cuál es la base? ¿Cuál es el fondo?
Él da la respuesta en la última parte del versículo 6. Primero hace
la declaración: "Y sin fe es imposible agradar a Dios". Luego da el
fundamento. Aquí está el fondo de todo: Sin fe usted no puede agradar a
Dios "porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El
existe, y que es remunerador de los que le buscan". Por esta razón es
que solo podemos agradar a Dios por la fe.
Hay dos partes de la fe en este versículo que muestran por qué agrada
a Dios. El escritor no va más allá de esto. Él apoya su argumento en
esta razón. Éste es el fundamento de todo. Primero, dice que la fe cree
que Dios existe. Segundo, dice que la fe cree que Dios es remunerador de
los que le buscan. Ya que la fe tiene estas dos características, por
ello: agrada a Dios.
Ahora, medite conmigo por un momento y llegará a conocer más
profundamente a Dios, quizás, más que nunca antes. Es por esto que este
versículo está aquí, para que usted conozca a Dios. Él no dice por qué
es que Dios se agrada por estos dos aspectos de la fe. Solo dice que lo
hace. Hay algo sobre la naturaleza de Dios que lo hace obvio. No
necesita un argumento. El hecho de que Dios se agrade de estos dos
aspectos o características, pertenece a la misma esencia de lo que
significa ser Dios.
Él es real, y es remunerador
Digámoslo con nuestras propias palabras. Dios se agrada de nosotros
cuando en nuestra relación con Él se reflejan dos aspectos. Uno: que Él
es real, y el otro: que Él es galardonador.
Detrás de estas dos afirmaciones sobre Dios hay dos verdades:
- Dios existe absolutamente. Él no llegó a ser y nunca dejará de ser. Él no se está convirtiendo en algo, o está creciendo, o está cambiando. Él dijo: "YO SOY EL QUE SOY" (Éxodo 3:14). Ése es Su nombre. Él es absolutamente. Por tanto, Él se agrada cuando su existencia absoluta es conocida y aceptada. Él se agrada cuando en nuestras vidas se refleja lo que Él es.
- Detrás de la afirmación de que Dios es remunerador, está la verdad de que Dios es tan pleno y tan completamente auto-suficiente que sobreabunda. En lugar de necesitar nuestro servicio, Él es como un manantial inagotable de vida y energía y gozo y belleza y bondad y poder. Por tanto, a Dios le agrada cuando nos volvemos a Él en un modo que afirma esta verdad y se deleita cuando venimos a Él como nuestro galardonador.
Ahora, el escritor a los Hebreos solo afirma que esto es lo que hace
la fe: la fe viene a Dios con confianza de que Él existe, y la fe viene a
Dios con confianza de que Dios será un dador generoso. No está
argumentando que la fe es así porque la haya encontrado definida en las
historias del Antiguo Testamento. Está diciendo: debido a la realidad
absoluta de la existencia de Dios, y de la plenitud de Dios, ésto es lo
que debe ser la fe. Éste es el fin del argumento. Éste es el fundamento
del razonamiento.
Pudiéramos decirlo de esta forma: lo que agrada a Dios es que
nuestros corazones y mentes muestren la existencia de Dios y la belleza
de Dios; que mostremos la existencia de Dios y Su excelencia; que
mostremos cuán real es Él y cuán remunerador es. Ésto es lo que agrada a
Dios, y es fe.
La fe depende de cómo es Dios, no de cómo somos nosotros
Ésto nos lleva de vuelta al versículo 1. Note cómo las dos partes del
versículo 6 corresponden a las dos partes del versículo1. "La fe es la
certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Ése es
el versículo 1. La "convicción de lo que no se ve" corresponde a que la
creencia de la fe en que Dios existe (6a). Y la "certeza de lo que se
espera" corresponde a la creencia de la fe en que Dios es remunerador de
los que le buscan (versículo 6b). La fe tiene, al menos, estos dos
componentes: uno es la convicción de que hay un gran Dios invisible
quien existe absolutamente y no depende en lo más mínimo de nosotros. Y
el otro es la certeza de que este gran Dios invisible es un Dios de amor
y abundancia y libertad y gracia soberana para todos los que le buscan
en verdad.
Comienzo diciendo que en nuestros días, la vida de fe es vulnerable y
peligrosa. Las escuelas, las denominaciones, las iglesias, las
familias, y las almas son vulnerables a la sutil intrusión del mundo y
el pecado y el error y de Satanás. La vigilancia y paciencia son
cruciales para nuestras almas y familias e iglesias y escuelas
cristianas.
Lo que hemos visto en Hebreos, ahora, es que la naturaleza de la fe y
la vitalidad de la fe están fundamentadas en cómo es Dios, no en cómo
somos nosotros. Usted no descubre qué es la fe cristiana al consultar
las necesidades que siente. La descubre consultando la naturaleza de
Dios. Por tanto, si quiere que su fe sea fuerte, y su alma sea fuerte, y
su familia sea fuerte, y su iglesia sea fuerte, y su denominación y
escuelas sean fuertes, conozca a Dios. ¡Conozca a su Dios!
Mientras más conozca cómo es Dios, más conforme a Su grandeza será su
fe. Estará más y más seguro de las cosas que espera y más y más
convencido de las cosas que no se ven. Y la existencia y plenitud de
Dios serán maravillosamente mostradas en su vida.
© Deseando a Dios
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