“Acerca
de esto tenemos mucho que decir, y es difícil de explicar, puesto que
os habéis hecho tardos para oír. Pues aunque ya debierais ser maestros,
otra vez tenéis necesidad de que alguien os enseñe los principios
elementales de los oráculos de Dios, y habéis llegado a tener necesidad
de leche y no de alimento sólido. Porque todo el que toma sólo leche, no
está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño. Pero el
alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen
los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal” (Hebreos 5:11-14)
En el artículo anterior estuvimos
definiendo lo que es el discernimiento espiritual. La palabra de Dios
nos revela que el discernimiento es una habilidad que todos debiéramos
poseer, pero que no necesariamente todos tenemos. De hecho muchas
personas se caracterizan por su inhabilidad para discernir.
El discernimiento es una cualidad que el
Espíritu de Dios cultiva en nosotros, en la medida en que maduramos. Un
niño que aún está en la etapa de gatear es capaz de llevarse a la boca
el biberón de leche que su madre le provee; pero igualmente él puede
hacer lo mismo con un pesticida que se haya colocado en el piso para las
plagas. Él no sabe discernir entre una cosa y la otra. Eso sería
similar a lo que pudiera ocurrir en un cristiano no maduro, cuando este
no sabe discernir entre la verdad que Dios ha revelado y la mentira que
Satanás le presenta a través de un predicador o de un maestro.
El texto con el que iniciamos nos dice
que aquellos que comen el alimento sólido, refiriéndose a las enseñanzas
más profundas de la palabra, tienen la habilidad para hacer ese
discernimiento. Pero el mismo texto hace referencia a otros que todavía
están consumiendo leche… que están todavía en necesidad de las cosas
básicas del Evangelio, y no tienen entonces la capacidad de discernir
correctamente. De hecho, ese grupo al que alude el autor de Hebreos,
lamentablemente había retrocedido, no había avanzado: “pues
aunque ya debierais ser maestros, otra vez tenéis necesidad de que
alguien os enseñe los principios elementales de los oráculos de Dios", (Heb. 5:12
). Cuando usted no está progresando, eventualmente usted comenzará a
regresar. Es como ver una escalera que tenga un primer nivel, luego un
descanso y luego un segundo nivel. Si usted se detiene en el descanso y
no continúa, eventualmente va a regresar hacia el nivel mas bajo.
El discernimiento es logrado a través de
los sentidos ejercitados, como nos enseña el texto de Hebreos, pero
esos sentidos son ejercitados por el consumo de la palabra…el consumo de
alimento sólido. Cuando hablamos de alimento sólido, no nos estamos
refiriendo a nuevas verdades; sino a un mejor entendimiento y a una
mejor aplicación de las verdades ya reveladas por Dios en su palabra.
Por otro lado, esta palabra “ejercitados” también nos da una idea de que
la persona con discernimiento es alguien diligente, y que por tanto
está acostumbrado al estudio de la palabra y a la meditación de la
misma; de tal manera que con frecuencia ese creyente se ha visto en
necesidad de aplicar lo aprendido a situaciones de la vida diaria que le
han permitido llegar a tener sus sentidos ejercitados para diferenciar
la verdad del error.
El apóstol Pablo al escribir a los
corintos, nos deja ver nuevamente que el discernimiento es una cualidad
de la persona madura: “Hermanos, no seáis niños en la manera de pensar; más bien, sed niños en la malicia, pero en la manera de pensar sed maduros”,
(1º Co. 14:20). Pablo estaba lidiando con los Corintos, una iglesia
compuesta por personas inmaduras, lo cual les llevó a la división, donde
uno decía que era de Pablo y otro de Cefas. Hubo inmoralidad sexual
entre ellos; hubo personas que tomaron la cena del Señor indignamente,
lo cual causó que algunos enfermaran y otros murieran. En medio de esto,
Pablo les está diciendo en este capítulo 14, con relación al uso de los
dones, ‘¡hermanos dejen de ser niños!’. Ya es hora de que el Espíritu
Santo haya iluminado Su palabra hasta el punto de conocer cual es el
propósito y la función de sus dones para la iglesia. Esa madurez es
reflejada por el discernimiento, y el discernimiento que ellos no tenían
los llevó a un mal entendimiento los dones del Espíritu, y a un mal uso
de los mismos
La Palabra de Dios fue inspirada de
manera infalible por el Espíritu Santo; ese mismo Espíritu ilumina la
mente del creyente para entender su palabra con claridad cuando éste se
dispone a escudriñarla con la intención de aplicarla a su vida. Muchos
viven tratando de discernir las circunstancias de los demás, pero
siempre errando en cómo discernir sus propias situaciones. Como tratar
de identificar la paja en el ojo de mi hermano, sin antes ver la viga en
el mío.
En el próximo artículo estaremos hablando acerca de la complacencia de Dios en el ejercicio del discernimiento espiritual.
Fuente: www. integridadysabiduria.org
Fuente: www. integridadysabiduria.org
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