A principio de la temporada de baloncesto de 1989, Michigan se enfrentó a
Wisconsin. Faltando segundos en el último cuarto de hora, Rumeal Robinson de
Michigan se vio en la línea de penalidad.
Su equipo estaba rezagado por un punto y él sabía que si podía anotar ambos
tiros libres, Michigan ganaría.
Tristemente, Rumeal falló ambos tiros.
Wisconsin perdió frente al preferido Michigan y Rumeal
fue a su vestidor sintiéndose aplastado y avergonzado.
Sin embargo, su desánimo lo estimuló a tomar acción y motivó su
determinación.
Decidió que al final de cada práctica por el resto de la temporada, tiraría
cien tiros libres extras al canasto. ¡Y lo logró!
El momento llegó cuando Rumeal se puso en la línea de penalidad en otro
juego, de nuevo con la oportunidad de hacer tiros libres al canasto. ¡En esta
ocasión, solo quedaban tres segundos de tiempo, y el juego era de los finales de
la NCAA!
¡Como un chasquido salió el primer lanzamiento!
Y como un chasquido el segundo. Esos dos puntos dieron a Michigan la victoria
y el Campeonato Colegial Nacional de la temporada.
¿Has fracasado en algo? No te des por vencido. En vez de ello, intensifica tu
esfuerzo. ¡El éxito es posible!
Pobre es el que trabaja con mano negligente, mas la mano de los diligentes enriquece. (Proverbios 10:4)
Fuente: ww.renuevodeplenitud.com
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