Necesitamos de Dios, y a Dios podemos hallarlo si le buscamos, porque
jamás se negará a ser hallado por quienes personalmente buscasen su
rostro. Y esto acaecerá, no si tú lo mereces o sabes ganarte su favor,
mas si le «buscares». Quienes ya conocen al Señor deben seguir buscando
su rostro por medio de la oración, sirviéndole más diligentemente, y con
gratitud más sincera. A estos tales nunca rehusará ni su favor, ni su
amistad.
Quienes todavía no le conocen por el descanso de sus almas, deberían
comenzar a buscarle desde ahora y no parar hasta que lo encuentren como
su Salvador, Amigo, Padre y como a su Dios. ¡Qué certidumbre da esta
promesa a quienes le buscan! «El que busca halla». Si tú mismo buscas a
Dios le hallarás.
Cuando le halles, habrás hallado vida, perdón, santificación y
gloria. ¿Por qué no le buscas continuamente, ya que tu trabajo no será
vano? Querido amigo, busca al Señor ahora mismo. Este es el lugar y el
tiempo favorable. Dobla tus rodillas inflexibles; dobla tu cerviz más
inflexible todavía, y clama al Dios vivo. Busca tu purificación y
justificación en el nombre de Jesús y no serás rechazado. Aquí tienes el
testimonio de David a su hijo Salomón, y tal es el testimonio del
autor. Créelo y hazlo así por amor a Jesucristo.
Hoy es un buen día para Buscarlo y de seguro que lo hallaré.
Señor, que bueno es saber que no estas lejos de mi y cuando te busco te hallo porque estas listo a socorrerme. Amén.
Por: Charles Spurgeon
Fuente: www.renuevodeplenitud.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario