“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33)
Dr. Harry Ironside cuenta sobre la visita de Andrew Frazer, que fue para California para tratar de una seria enfermedad.
Dr. Harry Ironside cuenta sobre la visita de Andrew Frazer, que fue para California para tratar de una seria enfermedad.
Aunque bastante flaco,
abrió su Biblia ya bien usada y empezó a exponer las verdades profundas
de Dios de una manera que Ironside jamás habia oído antes.
Ironside
sintió tanto regocijo en las palabras de Frazer que le preguntó:
“¿Dónde
usted aprendió estas cosas? ¿Podería decirme dónde encuentro un libro
qué me enseñe todo eso? ¿Ha usted aprendido todo eso en un seminario o
universidad?”
La respuesta del hombre enfermo jamás fue olvidada por
Ironside.
”Mi querido joven, aprendí estas cosas en mi rodillas, en un
suelo de barro de una pequeña cabaña en el norte de la Irlanda.
Allá,
con la Biblia abierta delante de mí, yo me quedaba arrodillado por horas
todos los días y pedía al Espíritu de Dios que revelase Cristo para mi
alma y llenase mí corazón con Su Palabra.
Él me enseñó más en mi
rodillas en aquel suelo de barro que podría aprender en todas las
universidades y seminarios del mundo.”
¿Hemos nosotros buscado el conocimiento de las cosas espirituales derechamente del Señor?
¿Hemos nosotros buscado el conocimiento de las cosas espirituales derechamente del Señor?
¿Hemos
buscado gastar nuestro tiempo en oración y lectura de la Palabra?
¿Hemos
comprendido que el tiempo pasado delante de Dios edifica tremendamente
nuestra vida y nos llena de gozo y dicha?
Muchas veces nos decimos cristianos pero lo que menos somos es discípulos de Cristo.
Muchas veces nos decimos cristianos pero lo que menos somos es discípulos de Cristo.
Gastamos nuestro tiempo en todo cuanto el mundo ofrece de supuesto
placer, solo recordando de nuestro Salvador cuando nada de importante
tenemos a hacer o en los minutos que sobran de nuestros intereses
personales.
Primero queremos cuidar a buscar la tan soñada felicidad y, después, si da tiempo, pensaremos en el Señor.
Primero queremos cuidar a buscar la tan soñada felicidad y, después, si da tiempo, pensaremos en el Señor.
¡Nos
engañamos si pensamos así!
¡Luego descubriremos lo cuanto todo es
ilusorio!
Si buscamos a Dios en primer lugar, estaremos cuidando
nuestro porvenir y hallaremos la tan soñada felicidad.
¿Ha usted colocado al Señor en primer lugar? ¿O Él está allá al final de la lista?
¿Ha usted colocado al Señor en primer lugar? ¿O Él está allá al final de la lista?
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