El día de hoy se me presenta como un
regalo. Tengo el privilegio de respirar. No sé lo que este día me
traerá, sin embargo sé que Dios está conmigo y me dará la fortaleza y la
sabiduría para enfrentarlo. Quiero vivir mi presente sin afanarme por
el futuro. Y solo recordar cosas de mi pasado para sonreír, para tomar
con acierto buenas decisiones o para entender que si ya enfrenté cosas
que me parecieron por algún momento difíciles de asumir y pude, también
podré ahora.
Seguramente este día me traerá buenas
cosas y también es posible que toquen a mi puerta algunos problemas para
resolver, desilusiones que quiera añadirse a la lista o alguna tristeza
que se quiera infiltrar. Pero todas estas cosas son parte de la vida y
creo que a todos nos llegan. Es cierto también que a algunas personas
el dolor llega en más proporciones que a otras y no intentaré contestar
por qué razón esto pasa. Pero siempre he creído que nada ocurre sin que
haya algún propósito escondido. Pienso que tal vez las personas que
soportan más son las que tienen dentro de ellas la facultad y la
fortaleza para enfrentar esos retos que la vida les presenta.
Reflexiono también en todas esas
personas que tienen que enfrentar una enfermedad que los atemoriza o que
les hace pensar que no podrán vivir lo suficiente para disfrutar de
tantas cosas maravillosas. Aquellos que sienten que su corazón ya no
quiere latir más, que están cansados de luchar, de intentar, de probar.
Que buscan hacer las cosas bien y mientras más esfuerzos hacen por
mejorar, más contradictorias les parece que salen las cosas. No puedo
dejar de levantar una plegaria a Dios y pedirle que los guíe, ayude y
fortalezca en medio del desierto que se encuentran atravesando. Porque
es justamente a través de ese desierto que Dios moldeará y pulirá sus
vidas para que reciban cosas mejores. Para que desarrollen ciertas
cualidades, características y herramientas que les harán ser mejores.
Al pensar en el futuro a veces nos sentimos ansiosos, sin embargo, Dios dice que podemos estar confiados porque ÉL ES.
Y si Él es, tiene el control de todo y no permitirá que nos suceda
algo, por más grande que parezca, sin darnos juntamente la salida.
Nuestro futuro con Él es demasiado brillante y esperanzador, aunque haya
pronósticos y pasen cosas a nuestro alrededor que por momentos nos
hagan pensar lo contrario. El día de hoy haré todo lo posible porque
merezca la pena recordarlo. Trataré de ir más despacio para disfrutar
de los detalles que a veces pierdo. El día de hoy quiero saborearlo,
sacarle provecho al máximo, porque es irrepetible.
Hoy es ese día en que desato el moño y me dispongo a amar con más intensidad, a escuchar con más atención, a tomar tiempo para compartir con los más que quiero. Hoy dejaré a un lado todos esos afanes que trae la vida y viviré.
Por Brendaliz Avilés
Hermoso mensaje el de hoy...
ResponderEliminares verdad si Dios esta con nosotros quien contra nosotros?...
debemos dejar todo en sus manos...bendiciones!!!.hernan