Queda prohibido llorar sin aprender, levantarte un día sin saber qué hacer,
tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas, no
luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad
tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que
alguien pague tus deudas y tu mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar
comprender lo que vivieron juntos, llamarles sólo cuando los necesitas.
Queda prohibido no intentar de nuevo construir tu
hogar, no comprender, no ser paciente y no amar a tu cónyuge.
Queda prohibido no ser tú mismo ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan, hacerte el gracioso con tal que te
recuerden, olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada día como si fuera tu
último suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin
alegrarte.
Queda prohibido no intentar comprender a las
personas, no pensar que sus vidas valen más que la tuya y no saber que cada uno
tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia, no tener un
momento para gente que te necesita, no comprender que aquello que la vida te da,
también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad, no vivir
tu vida con una actitud positiva, no pensar en que podemos ser mejores, no
sentir que sin ti este mundo no seria igual.
Queda prohibido renunciar a la lucha contra la
corrupción y el caudillismo, queda prohibido doblegar las banderas ante los
obstáculos y el cinismo.
Queda prohibido no buscar a Dios cuando el
espíritu está sediento de él.
Escrita por: Alfredo Cuervo
Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios
mío, porque es a ti a quien oro.
Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré.
Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el mal no mora contigo. (Salmo 5:2,4)
Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré.
Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el mal no mora contigo. (Salmo 5:2,4)
Fuente: www.renuevodeplenitud.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario