Una señora de edad había esperado toda la vida la oportunidad de viajar en un
tren. Quería contemplar, devorar cada paisaje con los ojos y disfrutar todo
cuanto pudiera en los kilómetros que iría a recorrer.
Entró muy decida en el vagón de pasajeros y cuando el
tren partió, comenzó a acomodar los paquetes y cestas que traía, trató de
arreglar confortablemente su asiento y acomodar las cortinas, y colocarse en
situación cómoda pero …
de repente, cuando ya estaba lista para comenzar la contemplación del paisaje, el conductor voceó el nombre de la estación a la cual iban, ¡habían llegado!.
de repente, cuando ya estaba lista para comenzar la contemplación del paisaje, el conductor voceó el nombre de la estación a la cual iban, ¡habían llegado!.
“Que pena”, dijo ella, “si hubiese sabido que llegaríamos tan pronto no
habría perdido tiempo en pequeñeces”.
No perdamos el enfoque real en nuestra vida. Las pequeñeces muchas veces nos
desvían y distraen del verdadero paisaje, de las cosas grandes que Dios tiene
para nosotros.. démosle a Él, el lugar que merece…
El Primer lugar.!
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios, sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. (Efesios 5:15,16)
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6:33)
Y Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda
tu alma, y con todo tu poder. (Deuteronomio 6:5)
Fuente: www.renuevodeplenitud.com
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