Se cuenta la historia de un querido amigo y miembro de la iglesia, que falleció luego de una larga vida de amor y servicio.
En el funeral, sus hijos se levantaron uno por uno a contar historias
referentes a su padre y pronto pudo notarse un tema común: que su más
singular y extraordinaria cualidad fue su voluntad para servir a otros,
sin importar cuál fuera la necesidad.
Era
uno de esos hombres siempre dispuestos a tender una mano, hacer un
favor, algún trabajo peculiar, o simplemente ofrecer un transporte a
alguien. Una de sus hijas mencionó que a dondequiera que se dirigía,
llevaba consigo una caja de herramientas y un par de vestimentas de
mecánico en el maletero del carro, “por si acaso alguien necesitaba
alguna reparación”.
Muchas veces, cuando escuchamos la palabra “coraje”, pensamos en
actos heroicos en períodos de crisis. , No obstante, en nuestra vida
cotidiana, no debemos pasar por alto la valentía de simplemente estar
ahí. Las vidas cambian cuando con fidelidad proveemos para nuestras
familias, cuidamos de los ancianos, o prestamos atención a un amigo en
dificultad. Persistir en hacer de este mundo, un mejor lugar para vivir,
es definitivamente una expresión de coraje.
Albert Schweitzer, el gran misionero cristiano,
doctor y teólogo, fue una vez interrogado en una entrevista. Le
pidieron que mencionara el nombre de una gran persona viva en la
actualidad. De inmediato respondió: “La persona más genial en el
universo, es aquel individuo incógnito que en este mismo instante, ha
acudido en amor a socorrer a otro”.
Mientras se desarrolla tu día, recuerda que podrías ser el héroe de alguien.
Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos. (3º Juan 1:5)
Fuente: www.renuevodeplenitud.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario