
Según
el escritor John Eldregde, el hombre señaló en un campo de su casa lo
que hasta ese momento era la marca en distancia, y entrenó día y noche
para alcanzar esa marca. Trabajó durante años hasta que pudo batir la
marca. Entonces llevó su disco de hierro a Inglaterra para su primera
competencia.
Cuando llegó a los juegos le entregaron el disco oficial. Fácilmente
batió una nueva marca. Durante años fue campeón invicto. Este hombre
entrenó, bajo una pesada carga y mejoró por ello.
Cuando nos dan una carga pesada para llevar necesitamos aprender a
llevarla en la fortaleza de Jesús y por amor a Él. Cualquiera que sea
la carga o el sufrimiento, Dios lo usará para perfeccionarnos,
afirmarnos, fortalecernos y establecernos.
Nuestras cargas nos pueden hacer mejores de lo que nos imaginamos:
más fuertes, más pacientes, más valientes, más amables y más amorosos de
lo que hubiéramos sido de no ser por ellas.
Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo,
después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione,
afirme, fortalezca y establezca. (1º Pedro 5:10)
De: Nuestro Pan Diario 2005
Fuente: www.renuevodeplenitud.com
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