Era su primera visita a un lugar así, y ella estaba asombrada de lo
que veía y escuchaba, pero más que nada estaba emocionada por las
vueltas y zumbidos de los aparatos.
Rogó a su papá que la dejara montar en un aparato en particular,
aunque era considerado el que más “miedo” infundía a los niños de su
edad.
Mientras
ella a toda prisa doblaba la esquina en su pequeño carrito, de momento
arrugó su rostro y se soltó de las manos dando un grito aterrador. Su
padre, quien montaba el carro con ella, luchó para llamar su atención.
Con una gran sonrisa, él le gritó por encima del ruido del aparato,
“¡Esto es divertido!”
Cuando la pequeña vio que él no tenía miedo, comenzó a reírse. La
nueva experiencia que al principio era aterradora de momento se volvió
agradable. ¡De hecho, ella insistió en montar el mismo aparato tres
veces más!
¡Qué consuelo es saber que nuestro Padre celestial no solo nos
acompaña en las nuevas vueltas de la vida, sino que el futuro nunca le
infunde temor!
Él tiene buenas cosas planeada para nosotros. Cuando miramos al
futuro desde nuestra perspectiva, puede que nos asustemos. Pero al
hacerlo desde la perspectiva de Dios, es mucho más probable que
gritemos: “¡Adelante! ¿No crees que esto será divertido?”
No recordéis las cosas anteriores, ni consideréis las cosas del pasado. He aquí, hago algo nuevo. (Isaías 43:18-19 LBLA)
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