Cuando vemos algo que nos gusta o
queremos, esperamos que nos venga pero nunca lo hace y entonces nos
lamentamos porque nunca sabremos lo que hubiésemos podido tener.
Pensamos que nos viene pero en realidad se aleja flotando.
El tiempo que
pensamos que lo tenemos, en realidad no lo tenemos.
No podemos esperar que las cosas pasen tan sólo porque las queremos.
Si queremos algo, vayamos y
obtengámoslo.
No temamos arriesgarnos porque si no lo hacemos, no vamos a
obtener lo que queríamos de todas maneras.
Si lo intentamos, triunfaremos o
fracasaremos.
Si no lo intentamos, fracasaremos de todas maneras.
Cuando
lo intentamos, descubrimos si valía la pena y hay mayores
probabilidades de obtenerlo más rápido.
Si finalmente lo logramos y obtenemos lo
que queremos, no abuse de ello porque no estará allí para siempre y
cuando se vaya, tan sólo nos quedarán memorias las cuales atesorar e
historias que contar.
Blue Starfish, enviado por J.H., 15 años, Australia
No espere mucho y extienda la mano, porque muy cerca de ti está la oportunidad. Dios siempre te la da.
He aquí lo que yo he visto que es bueno y
conveniente: comer, beber y gozarse uno de todo el trabajo en que se
afana bajo el sol en los contados días de la vida que Dios le ha dado;
porque ésta es su recompensa. Igualmente, a todo hombre a quien Dios ha
dado riquezas y bienes, lo ha capacitado también para comer de ellos,
para recibir su recompensa y regocijarse en su trabajo: esto es don de
Dios. (Eclesiastés 5:18-19)
Fuente: www.renuevodeplenitud.com
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