¿Alguna vez te ha pasado que has reaccionado tarde ante una decisión?, sí, hablo de esas veces que hacemos todo mal y cuando venimos a reaccionar nos preguntamos: ¿Cómo fue que hice eso?
Indiscutiblemente cuando le entregamos
nuestra vida a Dios y permitimos que el gobierne sobre nosotros, el
Espíritu Santo nos dirige en la vida, Él es quien nos dice en momento
determinado que decisión debemos tomar o que cosas no tenemos que hacer,
pero entre que nos trate de guiar y que nosotros obedezcamos hay una
gran diferencia.
¿Por qué somos así?, ¿Por qué reaccionamos la mayoría de veces tarde ante una mala decisión?
Y es que es increíble las veces que nos va mal por reaccionar tarde.
La mayoría de nosotros sabemos toda la teoría, sabemos que tenemos que
hacer y cómo debemos hacerlo, sin embargo por alguna extraña razón la
mayoría de veces reaccionamos tarde y cuando venimos a reaccionar pueda que todo esté en contra o hasta perdido.
Muchos reaccionaron tarde en su matrimonio y lo hicieron hasta que recibieron la carta de divorcio, entonces dijeron: “¿Cómo llegue aquí?”,
quizá nunca se dio cuenta que la relación que llevaba con su esposa o
esposo poco a poco los llevo a tomar esa difícil decisión.
¿Cuántos perdieron en su momento a la que era: “la mujer de su vida” o “el hombre de su vida” porque simplemente reaccionaron tarde?,
quizás pensaste que siempre estaría allí, la trataste como quisiste sin
pensar que un día se iba a cansar de tus desprecios e iba a dejar
paulatinamente de amarte.
Quizás creíste que estaba tan enamorado de ti,
que siempre estaría allí, hiciste y deshiciste con esa persona y ahora que
ves que ya no está y esta vez va en serio, reaccionas, pero quizá lo
hiciste tarde.
Pueda que
todo comenzó como un juego, comenzaste a apostar unos cuantos centavos y
sin percatarte la ambición y el vicio te llevó a perder mucho dinero, a
perder sus bienes y hasta casi perder a tu familia y cuando viniste a
reaccionar te preguntas: ¿Cómo fué que llegué hasta este punto?
Quizás creíste que eras indispensable en tu empleo
y nunca pusiste todo de tu parte creyendo que no podría despedirte
nunca, pero cuando vienes a reaccionar eres despedido y ahora que
reaccionas te preguntas: ¿Cómo fue que no cambié de actitud?
Puede que eras una persona muy entregada
a Dios, tenías una verdadera relación personal con Él, sin embargo poco
a poco comenzaste a descuidarte, comenzaste a interesarte por aquello
que no traía edificación, poco a poco sin percatarte te has convertido
en el hombre o la mujer que fuiste y que no querías volver a ser, ahora cuando reaccionas no te reconoces y dices: ¿Cómo llegue aquí?
¿Por qué casi siempre reaccionamos tarde?, ¿Por qué?
¿Cuántos fracasos nos hubiéramos evitado
sin tan solo hubiéramos sido más obedientes a la voz del Espíritu Santo
hablando a nuestro corazón?, ¿Cuántas lágrimas nos hubiéramos ahorrado
si tan solo hubiéramos reaccionado en el momento oportuno?, ¿Cuántos
lamentos habríamos evitado si tan sólo hubiéramos sido más humildes, más
cariñosos, más detallistas o ms determinados?
Puede que en estos momentos te
encuentras solo y triste porque no entiendes cómo fue que llegaste allí,
a ese punto que nunca hubieras querido llegar pero que tus decisiones y
acciones te llevaron. Te
preguntas una y otra vez, de cómo fue que llegaste a eso y no entiendes
en qué momento perdiste el control, no entiendes en qué momento caíste
en lo que nunca pensaste caer.
No puedo asegurarte que todo volverá a
la normalidad, pero si te puedo decir que Dios es capaz de cualquier
cosa si así es su voluntad, no puedo decirte que así será, pero nuestra
confianza en Dios, nuestra dependencia en Él, puede cambiar muchas
cosas.
Lo que si te puedo aconsejar es que, de ahora en adelante, puedas REACCIONAR A TIEMPO, los errores que cometes, las malas decisiones que tomamos o la mala forma de cómo vemos las cosas, pueden ser evitados en el futuro.
Debemos aprender de las veces que reaccionamos tarde,
no podemos estar tropezando siempre con la misma piedra. Tenemos que
entender que en la vida cristiana a veces tendremos que pasar por
momento muy duros creados por nuestras mismas malas decisiones, pero que
esos momentos difíciles nos ayudarán a madurar y a comprender lo que no
tenemos que volver a hacer.
Quizás ha llegado un momento en tu vida en donde hasta le has preguntado y hasta reclamado a Dios diciéndole: “¿Por qué no hiciste nada para evitarlo?”,
pero si somos sinceros y analizamos muy bien todo, podremos percatarnos
de que en muchas ocasiones Dios nos alertó de lo que estaba pasando, en
varias ocasiones nos habló a nuestro corazón, poniendo esa incomodidad
para hacer aquello que no debíamos hacer, sin embargo nos dejamos
llevar, nos dejamos llevar por lo que en su momento creímos que era lo
que teníamos que hacer o creímos que era la forma de reaccionar, ahora
nos damos cuenta que no es como nosotros pensábamos, sino como Dios
quería que lo hiciéramos y al no hacerlo simplemente obtendremos lo que
sembramos.
Pero a pesar de todo hay algo que debemos de saber y es que Dios nos sigue amando de la misma forma
de siempre, Él jamás deja de amarnos y hoy quiere que llevemos nuestras
tristezas, nuestras decepciones, nuestras frustraciones y todo aquello
que en este momento pesa en nuestro corazón a Él, hoy quiere que
descansemos en Él, hoy quiere hablar a tu corazón y poner esa paz que
tanta falta te hace, pero para ello tienes que aceptar tu realidad,
reconocer tus errores y confiar en que Dios hará algo importante en tu
vida, quizás no será exactamente como tú quieres o quizá sí, pero de que
Dios es capaz de hacer cosas hermosas, de eso no hay duda.
Hoy es un buen día para REACCIONAR,
si ya te fue mal entonces ya sabes que tienes que ir delante de Dios y
si aún no habías reaccionado frente al error que estas cometiendo, hoy DIOS TE QUIERE PREVENIR, por eso te dice: ¡REACCIONA!
No te dejes engañar por el enemigo, no
confíes en tu buena capacidad para hacer algo o en la suerte, ¡Reacciona
antes de que pierdas lo que tanto te costó obtener!, hoy Dios quiere que
reacciones a tiempo para que no derrames lágrimas de tristeza y dolor en
un futuro cercano.
Por eso una vez más siento de Dios decirte:
¡REACCIONA!
“Reflexionemos seriamente en nuestra conducta, y volvamos nuevamente al Señor”.
Lamentaciones 3:40 (Dios Habla Hoy)
Autor: Enrique Monterroza
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