La vida diaria está llena de decisiones de toda clase, desde las que
consideramos no tan importantes, hasta las que consideramos de suma
importancia. La pregunta es: ¿Qué clase de decisiones estas tomando?,
¿Correctas?, ¿Incorrectas? Y si las decisiones que tomas no eran las
adecuadas, dichas decisiones por casualidad ¿No fueron apresuradas?
Todos tomamos decisiones diariamente, desde decisiones sencillas
como: ¿Qué vestuario me pondré hoy?, hasta decisiones importantes que
determinaran nuestro presente y futuro.
Pueda que hoy estés a punto de tomar una decisión que influirá mucho
en tu manera de vivir, quizá te sientas un poco presionado o con temor,
ya que la decisión a tomar es muy delicada.
¿Qué hacer para tomar una buena decisión?
Primero: Relájate y descansa en Dios. Ahora que ya
conoces de Dios y lo has hecho Señor de tu vida, tienes que aprender a
depender de Él. Tienes que comprender que ahora Él juega una parte muy
importante en tu toma de decisiones. Descansar en Dios es ese
sentimiento de paz que me lleva a comprender que mi vida está en sus
manos. Es aquella tranquilidad que aparece a pesar de que la situación
es muy difícil, pero mi confianza en que Dios actuara me hará estar
tranquilo frente a cualquier situación que se presente. Antes de tomar
una buena decisión tienes que relajarte, descansar, pero sobre todo
confiar en que Dios te guiara a tomar la mejor decisión.
Segundo: Reflexiona bien en los resultados que
puedas obtener. Luego que estés relajado y confiando en Dios, piensa
bien sobre la decisión que vas a tomar, reflexiona sobre el hecho de que
si esa decisión es respaldada por la Palabra de Dios o si va en contra
de lo que Dios dice en su Palabra (“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y
lumbrera a mi camino”. Salmos 119:105 RV1960). Medita en los resultados
que esa decisión puede traer. Piensa en todos los “pro” y los “contra”.
Jamás tomes una decisión cuando este enojado, ni cuando las emociones
estén a flor de piel, porque dichas decisiones casi nunca resultan bien.
La mejor forma de tomar decisiones es cuando la cabeza este fría,
cuando no haya emociones de por medio y cuando se ha reflexionado muy
bien sobre lo que se va a hacer.
Tercero: No te apresures, tomate el tiempo
necesario. Obviamente hay decisiones que tendremos que tomar
rápidamente, quizá en minutos, pero las grandes decisiones casi siempre
las podemos tomar con más tiempo. Si algo te ayudara a tomar una buena
decisión es haberla meditado por un tiempo antes de tomarla. A veces no
hay prisa, pero por apresurados a veces las cosas no salen como
hubiéramos querido.
Cuarto: Confía en Dios porque Él hará. Si tú desde
el principio descansaste en Dios y confiaste en que Él te ayudaría, pero
sobre todo hiciste las cosas bien, conforme a su Palabra y justamente,
entonces simplemente confía en que Dios obrara a tu favor, si así fuese
su voluntad.
Algunas decisiones también necesitaran apoyo de algunos consejeros la
Biblia nos lo dice: “Así que, no vayas a la guerra sin consejo sabio; la
victoria depende de que tengas muchos consejeros” Proverbios 24:6
(Nueva Traducción Viviente). Y también en este otro pasaje: “Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan” Proverbios 15:22 (Nueva Versión Internacional).
La Biblia nos invita a confiar plenamente en Dios para que las cosas no vayan bien: “Pon tu vida en sus manos, confía plenamente en él, y él actuará en tu favor” Salmos 37:5 (Traducción en lenguaje actual).
Lo mejor de todo es que Dios mismo nos ha dado una promesa en la cual debemos de confiar: “El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti” Salmos 32:8 (Nueva Versión Internacional).
No te apresures a tomar decisiones de las cuales luego te
arrepientas, es mejor tomar decisiones que vayan orientadas y
respaldadas por Dios, porque dichas decisiones traerán buenos
resultados.
Si en estos días tienes que tomar una decisiones, recuerda no hacerlo
mientras te sientas enojado o molesto, no tomes decisiones orientadas
por las emociones del momento, sino que relájate y descansa en Dios,
reflexiona muy bien sobre lo que harás, no te apresures y tomate el
tiempo necesario, pero sobre todo CONFIA en Dios para que dicha decisión
sea la correcta y traiga a tu vida gozo en lugar de tristeza.
¡Las Mejores decisiones que podemos tomar, son aquellas en las cuales dejamos que Dios nos guíe!
Escrito por: Enrique Monterroza
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